Hoy es un pequeño detalle lo que ha marcado mi día, puesto que en mitad de una clase, cuando su tutor ( que es a la vez el mío) estaba explicando, un alumno al que suelo prestar apoyo con frecuencia, pues lo necesita, me ha llamado, como es habitual, para que me acercase a su mesa. Cuando lo he hecho me ha señalado su cuaderno para que leyese algo que había escrito en él, y yo, lejos de encontrarme con un enunciado que él no comprendía o un ejercicio que quería que le revisase como es común, me he encontrado la siguiente frase: “Eres muy buena”. Se me ha llenado el corazón de una ternura enorme, le he dado un beso en la frente y le he susurrado al oído: “tú más”.
Son estos pequeños detalles los que me llenan el alma y me hacen saber que mi vocación es ésta. Este trabajo me llenará la vida si consigo ejercer de ello. Me arde el corazón de emoción mientras escribo esto. Me emociona recordarlo. Es increíble ver como el ser humano tiene dentro de sí tanta bondad, tanto amor, tanta ternura… es magnífico.
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