La anécdota de la que quiero hablar hoy es cuanto menos graciosa e interesante. En el aula de 3ºA han hecho un examen de matemáticas a última hora, y yo me he quedado 15 minutos más con aquellos alumnos a los que el examen se les había atragantado un poco para que lo acabasen con tranquilidad. Cuando ya se han marchado he ido a mi clase de 3ºB y allí me he encontrado con mi tutor a solas con dos alumnos y otra maestra.
Resulta que ambos alumnos habían hecho alguna trastada, uno de ellos había tenido un conflicto con un compañero, pero tras hablar con el tutor este le permitió irse, y con él se fue la otra profesora. Quedábamos pues solos mi tutor, el otro alumno y yo. El motivo por el cual el profesor quería hablar con él, todo sin reñirle, solo haciéndole razonar, es porque al parecer durante la clase de inglés él dijo de manera literal que dos compañeros estaban fo**ando. El profesor le preguntó si él sabía qué significaba eso, a lo que el alumno contestó: “es algo de sersi”. El tutor le hizo repetir la palabra porque no la entendió bien, y el niño volvió a decir: “sersi”, y el profesor le rectificó la pronunciación diciendo “¿sexi?”. Yo trataba de no reírme, y con admiración, observaba la cara de seriedad del tutor. Le preguntó a continuación si él sabía lo que significaba eso, a lo que el alumno respondió negativamente. Tras ello, como es habitual cuando no entienden una palabra, el profesor le dijo: “bueno, pues busca en el diccionario: fo**ar”. A lo que el alumno obedeció sin rechistar. Con un poco de torpeza se puso a buscar en el diccionario, y tras unos minutos, con un poco de ayuda del tutor, encontró la palabra. Ésta tenía una definición muy corta, y es por ello que el alumno se confundía de línea y se iba a la definición de la palabra “follaje”. Tras que el profesor le indicase con el pulgar qué línea tenía que leer, este atinó a decir: “es el acto de copular”. Le preguntó el tutor: “¿sabes lo que es eso?”. A lo que el alumno respondió que no. “Búscalo entonces en el diccionario”. Lo buscó el profesor con él para no tardar mucho, y cuando leyó lo que significada (mantener relaciones sexuales con una persona) le explicó el profesor que eso consistía en el acto que llevan a cabo dos personas cuando se quieren mucho y se dan mucho cariño físico. Le preguntó entonces: “¿estaban tus dos compañeros haciendo eso?” – A lo que el alumno negó con la cabeza. Le dijo luego: “Entonces, ¿para qué dices que estaban haciendo algo que no estaban haciendo? Es como si yo te llamo Fulanito y tú te llamas Menganito, no tiene sentido, es absurdo. Además, eso es una palabra obscena y malsonante, y no quiero volverte oírla pronunciándola hasta que vayas por lo menos a 3º o 4º de la ESO”.
El caso es que esta forma de actuar que tuvo el tutor me resulto muy correcta y muy interesante. El niño aprendió el significado de la palabra y de ese modo entendió porqué no tenía que decirla. A los niños se les debe corregir las malas conductas con contundencia, pero siempre haciéndoles razonar.
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